Para comenzar me permito citar algunas líneas de un cuento que leí hace tiempo, Disbicibleticos. “Dani es un niño que no sabe andar en bicicleta. Todos los demás niños ya andan en bicicleta, los de su cole ya andan en bicicleta, los de su barrio ya andan en bicicleta, los de su edad ya andan en bicicleta.”
Se ha hecho una exploración, pruebas, y se ha llegado a una conclusión: ese niño tiene un problema. “Tiene dificultades para andar en bicicleta. Dani es disbiciclético. A partir de ese momento todo tiene una explicación: el niño no anda en bicicleta porque es disbiciclético y es disbiciclético porque no anda en bicicleta. Es un círculo vicioso tranquilizador”. Claro que, para aprender a andar en bicicleta se necesita tiempo, ayuda de otras personas, adaptaciones, deseo de aprender, y una bicicleta.
Estas palabras valen de ejemplo para visibilizar, cómo con frecuencia en diversos ámbitos de la vida, se nombra y con ello se despliegan una serie de expectativas. O dicho de otra manera, como la identidad es reducida a un rasgo.
En tal sentido, la propuesta es repensar las intervenciones que constituyen las trayectorias vitales de niños, niñas, adolescentes y adultos, sobre todo desde aquellos roles que revisten responsabilidad. Responsabilidad que nos cabe como adultos en los espacios de crianzas, educación, trabajo. Es por ello lo esencial de escuchar la diversidad en sentido amplio, validar los tiempos propios de desarrollo y expansión.
"Es discapacitado”, “es adicto”, “es pobre” es tal cosa, es tal otra. No se trata de negar los malestares, sentimientos de angustia, obstáculos. Se trata de una apuesta a desarmar los catálogos, las sentencias, y dar apertura a un lugar singular. De acompañar la oportunidad de construir un estilo propio, en el caso a caso.
E. Benveniste afirma que es un ser hablante el que encontramos en el mundo. Es en y por el lenguaje que el niño/a se construye como sujeto. Es preciso entonces un adulto que sostenga, a la vez que se reconozca el lugar infantil. Encontramos aquí lo esencial del juego. El juego que implica que no hay riesgo y posibilite la creación. Es decir, producir algo nuevo, una apertura a la creatividad única de cada sujeto. Dibujar, compartir cuentos, cantar canciones. En un mundo que exige inmediatez y resultados, en un contexto en constante cambio y transitando una pandemia podemos hacer una pausa, un tiempo de juego en la medida de lo posible. Un tiempo distinto, que hoy incluye más que en otros escenarios la virtualidad.
En tanto profesionales del Ámbito de la Salud y Educación se podrá, via diversas estrategias basadas en la disciplina y la construcción del lazo, brindar la posibilidad de un espacio que les de lugar como sujeto deseante. Pensandonos y reflexionando sobre nuestras prácticas, inquietudes, intercambiando experiencias; encuentros que enriquecen nuestro desarrollo y alivian sobreexigencias. Se trata de un intento de prestarse a escuchar la historia, alojar la singularidad frente un modelo hegemónico que convoca a homogeneizar recorridos en las escuelas, en las familias. Al tiempo que la pandemia quita el velo ante las desigualdades.
De modo que, mientras se recaiga en estigmatizaciones el despliegue como sujetos se verá obturado. En contrapartida, si se pone en juego algo del orden del interrogante y la circulación de la palabra, esto valdrá de apertura.
La buena noticia: el destino no está cerrado. O mejor dicho, hay un camino de lo posible. Un devenir en el niño/a, adolescente, adulto.
“Es en el juego y sólo en el juego que el niño o el adulto como individuos son capaces de ser creativos y de usar el total de su personalidad,
y sólo al ser creativo el individuo se descubre a sí mismo”.
Donald Winnicott
Es Lic. en Psicología recibida en la Universidad de Buenos.
Posee amplia formación y experiencia en el Ámbito de la Psicología Laboral y Clinica Psicoanalítica. Realizó un curso de posgrado en el Hospital Dr. Alvarez en el Equipo de Salud Mental y Psicopedagogía,
participó de un Seminario en Reclutamiento y Selección en Toronto - Canadá (Human Resources Professionals Association) y en diversas Jornadas de Actualización.
Realizó prácticas clínicas en la Institución F. Ulloa en el equipo de Admisión de Pacientes.
En su trayectoria se desempeñó como Psicóloga Laboral en el Sector de Seleccion y Empleos en Organizaciones de Gestión Privada, Pública, y del Área de la Salud.
Actualmente participa de la Comisión de Psicología Laboral (Colegio de Psicólogos - Región XV), y se desarrolla como profesional independiente e integrando el Área de RRHH de En-causar Psi.